Lo más probable es que no sepas si lo que compartes en Facebook es verdad o no.
Y es que compartir cuesta tan poco: un clic y ese fragmento de emoción
se esparce por tu red de amigos. Un clic y te olvidas de comprobar la
veracidad de lo que has enviado.
Pero cuidado: compartir sin pensar es peligroso. Además de que puedes dar una pobre imagen de ti, aumentas el riesgo de que tus amigos se infecten con malware, caigan víctima de estafas piramidales, participen en campañas de odio y un largo y espeluznante etcétera.
En este artículo te explico cómo reconocer, investigar y detener las falsas noticias, bulos y engaños que se propagan a diario –y en cadena- en Facebook.
Cómo reconocer un bulo en Facebook
La única vacuna que existe contra los engaños y las mentiras se llama escepticismo. El buen escéptico desconfía por sistema de todos los mensajes, pero sobre todo desconfía de los mensajes que no reúnen unos requisitos mínimos de calidad argumentativa.
Hay una serie de indicadores cuya presencia debería
ponerte en alerta. La presencia de una o más de estas señales es un
síntoma de que el mensaje, imagen o cartel que ves en Facebook esconde
en realidad una mentira o en todo caso una manipulación interesada.
Puede que el mensaje que veas, aun siendo pobre en retórica, sea
verdadero. Pero eso no quita que debas investigarlo y, en el proceso, aprender más sobre lo que la imagen o mensaje pretende decir.
Emociones fuertes y negativas
Somos mamíferos, animales de sangre caliente con una facilidad pasmosa para sentir simpatía hacia el prójimo, lo que nos convierte en blancos fáciles para todo tipo de atentado emocional, como la clásica imagen del gatito de ojos acuosos.
Tristeza, ira, miedo, asco: las emociones negativas
suelen ser las más usadas para incitar a la gente a compartir un mensaje
o hacer clic en algún sitio. La indignación o el temor a perder algo es
lo que nos produce una respuesta de lucha / huida.
Fotogramas de un famoso vídeo falso en que un águila agarraba a un niño en un parque (vía The Sun)
El mensaje visceral, truculento y enfurecido no debería tener cabida
en tu muro. Es una forma agresiva y deshonesta de “vender” un mensaje y
persuadir a quien te sigue. Y en el peor de los casos puede incitar a campañas de odio y linchamientos (virtuales o reales). Recuerda bien esto: la verdad no necesita dar puñetazos.
Mala ortografía y jerga incomprensible
Es cierto, la forma del mensaje no debería importar tanto como el contenido.
De hecho, hay mensajes perfectamente redactados acerca de mentiras y
bulos enormes: suelen encontrarse en los grandes periódicos de papel y
otros medios de comunicación masiva.
Resulta, sin embargo, que sensacionalismo y mala ortografía suelen ir de la mano, especialmente en Facebook.
Irónicamente, ese infinitivo final y la exclamación sin abrir echan a perder el mensaje
De un mensaje convincente y que pretende decir cosas serias,
deberíamos esperar una cierta calidad en la redacción, más que nada
porque significaría que 1) el autor se ha tomado la molestia de releer
lo que ha escrito y 2) ha sido redactado con esmero.
Por otro lado, el uso de jerga incomprensible es otra señal sospechosa: alguien intenta parecer experto.
Falacias en abundancia: adiós a la razón
Una falacia es un razonamiento que no es válido. Por ejemplo, criticar a una persona por su aspecto es una falacia ad hominem,
ya que ataca algo que nada tiene que ver con su mensaje. La presencia
de falacias –voluntarias o no- debe poner en entredicho la validez de lo
que lees.
Hay muchísimas falacias, pero voy a enumerar las más típicas que he visto en Facebook:
- Atacar al emisor (ad hominem): descalificar a una persona en lugar de hablar de su mensajeEjemplo: "Fulano es un incompetente; cualquier cosa que diga es una idiotez"
- Falso dilema: reducir el número de posibles alternativas a dos, descartando todas las demás opcionesEjemplo: "Si no eres de Android, entonces eres de iPhone"
- Argumento de autoridad: decir que algo es verdadero porque lo afirma una fuente respetadaEjemplo: "Windows es mejor que Mac, lo dijo Bill Gates"
- Confundir correlación con causa: establecer una relación de causa-efecto a partir de una simple relaciónEjemplo: "A más bomberos, mayor es el fuego; entonces los bomberos incrementan el fuego"
- Hombre de paja: crear una caricatura del oponente y atacarla a ella en lugar de discutir el mensaje originalEjemplo:Persona 1: "WhatsApp es una buena aplicación de pago"Persona 2: "Es una app de pago, y eso daña el bolsillo. Por lo tanto, WhatsApp es una mala aplicación"
- Apelar al miedo (ad baculum): amenazar o asustar para que un mensaje sea aceptadoEjemplo: "Si Windows no baja de precio, dejaremos de comprarlo. Al dejar de comprarlo, bajará su precio"
El uso de una falacia no
implica que lo dice un mensaje sea falso, pero en la gran mayoría de los
casos las falacias se usan para persuadir a otras personas de que un
mensaje es verdadero cuando no lo es. Así que ándate con mucho ojo.
Números enormes y extrañamente precisos
Los mensajes en cadena que pululan por Facebook tienden a usar los números como instrumento de persuasión. Los números, especialmente si son grandes, parecen darle a un mensaje un aura de cientificidad y precisión a todo lo que tocan, incluso cuando son erróneos.
Pero, en ocasiones, basta con abrir la calculadora para descubrir todo tipo de triquiñuelas, como operaciones aritméticas con resultado erróneo, ceros sobrantes, fracciones imposibles y porcentajes absurdos.
Esta imagen se hizo muy popular. Lástima que los datos sean falsos
Con las estadísticas el tema se complica un poco más, porque además
del cálculo y de las gráficas en sí, que pueden o no ser válidas, hay que saber si los datos que se han usado son auténticos. Eso requiere cierta investigación. Mientras tanto, sospecha de números increíbles.
Tratamiento gráfico horripilante
Comic Sans y Paint son los dos aliados del creador
de cadenas. No hay que ser un genio del diseño gráfico para darse cuenta
de lo cutre que resulta cualquiera de los mensajes que se difunden a
diario por Facebook.
Horrible. No se me ocurre otro calificativo para esta imagen
Repito aquí lo dicho sobre la ortografía: es un aspecto puramente formal y per se no invalida el mensaje, pero indica una enorme falta de cuidado y preparación, las cuales, a su vez, van asociadas normalmente a argumentos erróneos.
Origen dudoso: son anónimos y atemporales
El creador de bulos rara vez se identifica. El
mensaje surge de la nada y es imposible conocer la fuente original. A
veces se citan personas o periódicos, pero rara vez el artículo
original. Y si se cita, no tiene nada que ver con el tema.
Esto pasa mucho con las fotografías –retocadas o
no-. Tomadas fuera de contexto, las fotos son usadas frecuentemente para
suscitar una emoción fuerte en el espectador, siempre asociadas con un
mensaje dramático que hay que compartir.
A veces los bulos aprovechan la “credibilidad por asociación”
haciéndose pasar por mensajes de una compañía o institución legítima.
Cortar y pegar un logo o crear una página en Facebook sin verificar es
tremendamente sencillo.
Incitación a tomar partido (requisito indispensable)
Tras exponer sus “verdades”, los mensajes en cadena y bulos de Facebook invitan a los lectores a participar en algún tipo de acción colectiva, bien compartiendo el mensaje, bien haciendo clic en Me gusta o en un enlace externo.
A veces es una cuestión de vida o muerte: comparte,
haz clic en Me gusta, visita la página, llena el formulario. Si no lo
haces, "algo malo pasará". Pero no, no es cierto.
Los bulos y estafas hablan a las masas, pero la forma en que se
propagan –mensajes individuales- llevan a pensar de manera inconsciente
que tu papel es de vital importancia. En realidad, nada malo va a
ocurrir, y tu acción no es imprescindible.
Tipos de engaños, chismes, bulos y falsedades audiovisuales
Al igual que ocurría con las antiguas cadenas de correos y mails, hay determinadas tipologías de bulos que, en Facebook, tienen más éxito que otras. Y son fáciles de reconocer. Entre las más corrientes con las que me he topado, figuran las siguientes:
- Algo deja de ser gratis o va a cerrar
- Un cambio de políticas de un sitio exige tu acción inmediata
- Mira qué “divertido”: haz clic, escribe algo y verás qué pasa
- Un niño está muy enfermo, haz clic para salvarle
- Una persona es peligrosa: no la contactes, comparte la imagen
- Hay un virus peligroso en una app: no la uses, no la mires, no la toques
- Productos que se regalan y sortean con un clic (iPad, iPhones)
- Aplicaciones con falsas promesas (p.ej., ver quién te ha bloqueado)
- Distribución de tiques de cine, teatro, conciertos gratis
- Vídeos y fotos “imposibles” o de contenido morboso
A veces la línea que separa el timo del mensaje incorrecto es sutil, y
algunas imágenes o textos se producen y propagan con la mejor de las
intenciones. Pero no dejan de ser falsos.
Cómo confirmar que estás ante un bulo
Los signos anteriores deberían haberte puesto ya sobre aviso, pero no
bastan para demostrar la falsedad o mala intención de un mensaje. Para
estar seguro, y así poder tomar medidas contra el rumor, debes hacer un trabajo de investigación.
1. Busca el texto y nombres en Google
Lo primero y más sencillo es buscar en Google. Una simple búsqueda con un fragmento literal del texto del mensaje, unido a las palabras “hoax” o “estafa”, debería arrojar resultados útiles. También puedes buscar personas y plagios de textos enteros.
2. Comprueba si las imágenes son auténticas
Si se trata de una imagen, puedes verificar su autenticidad siguiendo los pasos que explicamos en nuestro tutorial sobre detección de retoques. Las técnicas más habituales incluyen el análisis de metadatos y la búsqueda inversa de imágenes.
Vaya, vaya. Así que la foto de denuncia es en realidad una foto de stock...
3. Consulta a las fuentes originales
En caso de que la imagen o texto mencionen una fuente, es buena idea consultar directamente la fuente.
Por ejemplo, si se menciona la lista de sospechosos de la policía, una
visita a la página web de la policía te ayudará a confirmar si se trata
de una afirmación verdadera o falsa.
WhatsApp desmientiendo una falsa noticia en su blog corporativo
4. Busca en un sitio de rumores / leyendas urbanas / cadenas
Hay sitios web especializados en descubrir e investigar rumores y
estafas por ti. La mayoría están en inglés, pero también las hay en
español, y cada vez más. Una simple búsqueda en estas páginas te
ahorrará quebraderos de cabeza:
- Rompecadenas, página en español que desmonta rumores desde 2001
- Snopes, un clásico anti-rumores que está en la red desde 1995
- Hoax-Slayer, otro clásico en inglés, en línea desde 2003
- Facecrooks, página americana dedicada exclusivamente a Facebook
- Spamloco, otro blog excelente para informarse sobre estafas
Snopes.com es una fuente fiable de información anti-rumores
Confirmado, es un timo. ¿Y ahora qué?
Viste
el mensaje o la imagen, sospechaste y confirmaste su falsedad o
malicia. Ahora, tienes dos opciones: quedarte de brazos cruzados y hacer
como si nunca la hubieras visto… o bien ejercer de escéptico y pararle los pies al bulo.
- Responde al mensaje original con los datos que has encontrado
- Publica tu propio mensaje en tu muro
- Informa a Facebook del artículo engañoso
- Escribe un artículo en tu blog -si tienes-
Prepárate para enfrentarte a una gran resistencia. Que las falsas creencias perviven incluso tras correcciones instantáneas está demostrado. Y es que no hay peor sordo que el que no quiere oír.
Pero no desistas: por una persona que consigas convencer, ya habrá valido la pena.
¿Por qué es peligroso compartir este tipo de cadenas?
El gran problema de la seguridad informática es lo que descansa entre teclado y silla: eres tú.
Las técnicas de ingeniería social aprovechan la ingenuidad y desconocimiento del usuario para engañarle de diversas formas y así revele información crítica o efectúe acciones que le dejen desprotegido.
Las redes sociales son el nuevo paraíso de los cibercriminales por la confianza intrínseca que ponemos en nuestros contactos.
Al creernos en un lugar seguro, compartimos, clicamos y escribimos sin ataduras, sin pensar en las consecuencias.
Cuidado con dónde haces clic
Un ejemplo es el clickjacking, o robo de clic, una técnica de la que ya hablamos aquí.
Consiste básicamente en hacer clic sobre algo un falso botón que te
redirige a una dirección que, en el peor de los casos, puede contener virus peligrosos.
Ejemplo de clickjacking en una app fraudulenta de Facebook (imagen cortesía de Softpedia)
Los falsos sorteos y recogidas de firmas pueden ser aprovechados para recolectar datos personales con los fines más disparatados, y casi siempre ilegales, como el envío de publicidad no-deseada o el robo de cuentas personales.
Otro peligro asociado a los bulos son las direcciones web acortadas.
Esos pequeños y en apariencia inofensivos galimatías pueden esconder el
acceso a descargas peligrosas y ante las cuales tu antivirus no puede hacer nada.
Las consecuencias de gritar "Al lobo, al lobo"
Hay finalmente un peligro menos evidente, pero no por ello menos
importante: las consecuencias que tiene divulgar información falsa
pueden ser graves, sobre todo si son rumores infundados acerca de un servicio o persona.
Un ejemplo es un caso que apareció hace poco
divulgando la foto de un supuesto violador en Facebook, invitando a
compartir la foto entre todos los contactos. Una investigación demostró
que era todo falso, pero la difamación ya se había propagado.
Quien comunica tiene sobre sus hombros una gran responsabilidad.
Es una cuestión de civismo. Hacer clic en Compartir sin una pequeña
reflexión previa podría arruinar tu vida y la de otras personas.